Ricky Martin puso de cabeza a quienes asistieron a su concierto la noche del sábado en el campo de golf del hotel Moon Palace en Cancún, donde hizo gala de sus pasos de baile, pero sobre todo de su energía y talento.
“Come with me” abrió el con concierto de hora y media que combinó su repertorio del pasado y el actual, en una mezcla de nostalgia y presente.
“Muy buenas noches Cancún, ¿cómo están? Yo encantado de estar de nuevo en esta tierra de mucho calor, de mucha gente linda; definitivamente ustedes son uno de esos vicios de los buenos”, saludó el puertorriqueño para poner el lado romántico e iniciar los cánticos de los presentes con “Vuelve”.
En un escenario con dos pantallas atrás y dos más a los lados, se cambió a un saco y pantalón negro para moverse con los acordes de “Livin la vida loca”, “She bangs” o “Up and down”, para regresar a la tranquilidad con “Tu recuerdo”.
“¿Cómo la están pasando? Ahora a mi me gustaría viajar en el tiempo un segundo, si me lo permiten, y recordar viejos tiempos. En el comienzo de una carrera muy importante, México fue primordial en esos primeros pasos que yo di y estoy muy agradecido porque los primeros aplausos los sentí en esta hermosa tierra; ahora van canciones que para mí significan muchísimo y espero que las puedan cantar conmigo”, expresó Martin.
Un set acústico incluyó “El amor de mi vida”, “Fuego contra fuego” y “Te extraño, te olvido, te amo” para dar paso nuevamente a las vibraciones tras mostrar imágenes de él en diferentes posiciones con el cuerpo desnudo, además de un nuevo cambio de ropa en “Más”, “Lola”, “La bomba”, “Pégate”, “Por arriba por abajo”, donde animó al público a alzar las manos como muestra de júbilo para después interactuar con ellos y así “olvidarse un poco de la política y los problemas”.
Con gente proveniente de Taiwán, Rusia, Paraguay, Puerto Rico, Canadá, Francia, España, Cuba, Italia y Estados Unidos, dijo buscar cualquier excusa para hacer una fiesta, por lo que “La copa de la vida” fue la canción con la que se despidió agradeciendo por el cariño y aplausos con la frase: “es adictivo estar”.