Con una inversión de 95.6 millones de dólares, el consorcio español RIU insiste en construir su quinto hotel en Cancún, pese a que este mismo proyecto ya fue rechazado por la Semarnat en marzo pasado.
Con una inversión de 95.6 millones de dólares, el consorcio español RIU insiste en construir su quinto hotel en Cancún, pese a que este mismo proyecto ya fue rechazado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en marzo de este mismo año.
El proyecto anterior suponía una inversión de 180 millones de dólares, para la construcción de un complejo de 564 habitaciones. El nuevo proyecto ingresado a Semarnat apenas el pasado 19 de octubre es muy similar, con una ligera disminución en el número de habitaciones, pues ahora pretenden construir sólo 530.
Se trata del famoso hotel RIU Riviera Cancún, que consiste en un desarrollo de 5 estrellas que constará de un solo cuerpo en forma de “L” alargada de 16 niveles, incluyendo además un miniclub, dos bares acuáticos, 2 vestidores, toallero con caseta de animación y áreas abiertas dentro de las cuales se consideran, áreas verdes, 4 albercas, asoleadero, plaza, escaleras, rampa de madera, y banquetas.
Todas las obras del proyecto se ubicarán dentro de un predio en el kilómetro 17 de la zona hotelera que cuenta con una superficie total de 20,929.45 metros cuadrados, de la cual el proyecto sólo ocupará 19,654.22 m2, correspondiendo los 1,275.23 m2 restantes a la zona federal marítimo terrestre, “área en la cual no se desplantará ningún tipo de obras”, según se lee en la MIA consultada por Quintana Roo Hoy.
En el primer intento de la firma española por obtener los permisos ambientales entre finales de 2014 y principios de 2015, el proyecto se vio envuelto en señalamientos de corrupción, pues aunque aún estaba tramitando los permisos ambientales federales, la dirección de Desarrollo Urbano del municipio Benito Juárez le otorgó la licencia de construcción, situación que contraviene los procedimientos establecidos para tal efecto.
Asimismo, la consulta pública sobre el proyecto, que se realizó en febrero de 2015, apenas tuvo cinco días para que algún interesado pudiera opinar sobre el mismo en lugar de los 20 días que solicita la legislación.
Al final de cuentas, la Semarnat le negó la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental y el cambio de uso de suelo argumentando que el promovente “no aportó los elementos suficientes que permitieran realizar el análisis y evaluación sobre cómo el proyecto no representaría ningún tipo de riesgo en los flujos de aguas subterráneas y sus implicaciones tanto en la etapa de construcción como de operación del complejo”, según se puede leer en el resolutivo.
El proyecto también era colindante con el sitio RAMSAR Manglares de Nichupté. En este punto el promovente también evitó precisar los posibles efectos que tendría sobre este sitio la construcción y operación del hotel RIU Riviera Cancún.
Asimismo, el predio pese a no contener manglar en su interior, sí proyectaba un drenaje pluvial que conduciría el agua residual hacia pozos; la Semarnat argumenta que la empresa promovente del hotel no especificó en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) el número de pozos ni tampoco si éstos afectarían los manglares que rodean el predio que sería impactado.
En este segundo intento, el consorcio español RIU requiere de nueva cuenta el cambio de uso de suelo en 15 mil 683 metros cuadrados, de los 21 mil que comprende la totalidad de los terrenos propiedad de la empresa al interior de la ANP Manglares de Nichupté.
A su favor, la firma argumenta que el Área Natural Protegida (ANP) federal más cercana, denominada “Área de Protección de Flora y Fauna Manglares de Nichupté”, se localiza a una distancia de 235.3 metros del proyecto; sin embargo dada la cercania del predio respecto al ANP, éste se encuentra dentro del Área de Influencia; adicionalmente el predio contemplado para llevar a cabo el desarrollo del proyecto sujeto a evaluación, no se encuentra en ninguna de las ANP ìs de carácter estatal o municipal.