Las voces en contra de la guerra comenzaron a alzarse en las calles de Rusia el 24 de febrero, el mismo día en que su presidente, Vladimir Putin, inició la invasión al país vecino. Los arrestos no tardaron en producirse, y este domingo, en una de las jornadas de protesta más multitudinarias hasta la fecha, el panorama no fue distinto.
Según el Ministerio del Interior ruso, las fuerzas de seguridad detuvieron a más de 3.500 personas que participaron en las manifestaciones, mientras organismos independientes arroja cifras superiores a los 4.000 arrestados.
De acuerdo a estas últimas, las detenciones se registraron en 53 localidades, desde Irkutsk en Siberia a Vladivostok en el extremo oriental del país.
En Moscú, de unas 2.500 personas que salieron a protestar, arrestaron a 1.700, reportó este domingo la agencia de noticias estatal Ria Novosti. En San Petersburgo, de las 1.500 personas que se echaron a las calles, fueron detenidas 750.
De acuerdo a la organización independiente rusa de derechos humanos OVD —formada en 2011—, desde el 24 de febrero se han llevado a cabo más de 13.000 arrestos en Rusia en protestas contra la guerra.
Aunque advierte que la cifra podría ser mayor.
“Están apretando los tornillos por completo. Esencialmente estamos presenciando una censura militar”, le dijo Maria Kuznetsova, representante de OVD, a la agencia Reuters desde Tiblisi en Georgia.
El líder opositor encarcelado Alexei Navalny hizo un llamamiento a la población para que proteste todos días en contra de la invasión, diciendo que Rusia no debe ser una “nación acobardada”.
La Fiscalía General de Rusia y el Ministerio del Interior habían advertido a la población que no participara en las protestas, recordando que podrían recaer penas de cárcel sobre los que lo hicieran.
El domingo no solo hubo protestas contra la guerra en territorio ruso.
En Kazajistán —cuyo gobierno es aliado del ruso— salieron a las calles unas 2.000 personas.
También hubo protestas en contra de la guerra en ciudades como Bruselas, en Bélgica y Londres.