El Ejército ruso inició la ofensiva final en el Donbás tres semanas después de retirarse del norte de Kiev, al tiempo que continuó la operación de castigo contra otras partes de Ucrania, como Leópolis, donde murieron siete civiles.
“Durante la noche tuvo lugar una gran ofensiva. La situación ha cambiado radicalmente”, aseguró Serhiy Gaidai, gobernador de la región de Lugansk, en Telegram.
Además, tropas rusas izaron la bandera tricolor en el edificio del Ayuntamiento del puerto de Berdiansk, un nuevo paso para el tendido de un corredor terrestre entre territorio ruso y la anexionada península ucraniana de Crimea a lo largo de la costa del mar de Azov.
Asalto final en el Donbás
El reagrupamiento ruso, que incluye la llegada de unidades adicionales, está ya casi completado, según informó el Ministerio de Defensa ucraniano.
Rusia parece decidida a acelerar el paso en el este del país, donde la aviación enemiga habría incrementado 50 por ciento el número de ataques.
“Podemos informar que la ofensiva ya ha comenzado”, agregó Gaidai, quien agregó poco después que “los invasores tomaron Kreminna”.
Dicha localidad, de apenas 20 mil habitantes, permitirá a los soldados rusos atacar la retaguardia de la estratégica ciudad de Severodonetsk, bastión ucraniano en Lugansk.
El objetivo del Ejército ruso es tomar Severodonetsk y Lisichansk, donde habría unos 10 mil soldados ucranianos, tras lo que podrían avanzar hacia la región de Donetsk en dirección a Sloviansk y Kramatorsk.
Según la Administración militar, el enemigo también martilleó con misiles ciudades como Vugledar y Marinka, que se encuentra cerca de la línea de separación de fuerzas, que pasa por las afueras de la ciudad de Donetsk.
Los últimos de Mariúpol
Mientras, al menos un millar de civiles, incluido mujeres y niños, de la asediada ciudad portuaria de Mariúpol, en el mar de Azov, se han refugiado en las instalaciones de la acería de Azovstal, una antigua planta metalúrgica construida en los años 30 del siglo pasado.
Según el ex ministro ucraniano del Interior, Arsén Avákov, esos civiles “viven en condiciones terribles, sin medicamentos, ni alimentos, ni agua”.
El exministro denunció que los rusos “para encubrir sus crímenes, utilizan a la población civil que queda en Mariúpol para desenterrar escombros, recolectar cuerpos y cavar fosas comunes”.
“La gente trabaja por la comida” que puede obtener del ejército ruso, señaló Avákov, quien añadió que los invasores obligan a los residentes locales a actuar como “combatientes y los envían intencionadamente a los puestos de tiro, donde la gente puede morir”.
Al respecto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a Moscú de que “querer borrar de la faz de la tierra” todas las ciudades del Donbás, “todo aquello que trajo fama a esa región industrial”.
Los asediados imploran al papa
Por ello, el comandante de la 36ª Brigada de Infantería de Marina, Serhii Volyna, escribió una carta al papa Francisco en la que le pide ayuda para salvar a los ciudadanos de Mariúpol, donde permanecerían aún unas cien mil personas.
“No tengo tiempo para describir todos los horrores de lo que veo cada día. Mujeres con niños viviendo en búnkeres. Tienen frío y están hambrientos. Cada día están bajo el fuego de la aviación enemiga. Los heridos mueren cada día porque no hay medicinas, ni agua ni comida”, escribe.
El comandante añade: “Usted seguro que ha visto de todo en esta vida. Pero estoy seguro de que nunca ha visto lo que ahora está ocurriendo en Mariúpol. Porque así es el infierno sobre la Tierra”.
“Me dirijo a usted en busca de ayuda, ya que ha llegado el momento en que las oraciones no son suficientes. Después del bombardeo del teatro dramático y la maternidad ya no queda fe en los ocupantes rusos. Muestre la verdad al mundo, evacue a la gente, salve sus vidas de las manos de Satanás, que quiere quemar todo lo vivo”, señala.
Corredor terrestre hasta Crimea
Según el Ministerio de Defensa ucraniano, otro de los objetivos de la actual ofensiva en el este sería garantizar la estabilidad del corredor terrestre entre el Donbás y Crimea.
De hecho, la televisión pública rusa mostró imágenes de cómo soldados rusos izaban la bandera rusa en el Ayuntamiento de Berdiansk, de donde también retiraban de la fachada el escudo del Estado ucraniano.
“Los ocupantes intentan arrancarnos las regiones de Jersón y Zaporiyia a imagen y semejanza de las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Convierten a este territorio en zonas rublo y las subordinan a la máquina administrativa rusa”, denunció Zelenski.
Zelenski denunció los secuestros de funcionarios locales, el chantaje a profesores, el robo del dinero destinado a las pensiones y el bloqueo de ayuda humanitaria.
“Saboteen las órdenes de los ocupantes. No cooperen con ellos. Protesten. Hay que resistir para que Rusia no logre desfigurar la vida de más ciudades en Ucrania, como han hecho en Donetsk y Lugansk”, se dirigió a los residentes de las zonas ocupadas.
Operación de castigo en el oeste
El hundimiento el jueves del buque insignia de la Armada rusa, el “Moskvá“, alcanzado por dos misiles ucranianos Neptun, según Kiev, provocó una serie de acciones de castigo por parte de Moscú.
Si Kiev fue el primer objetivo de los bombardeos rusos, el lunes fue el turno de la capital del oeste del país, Leópolis, atacada con misiles de crucero.
Según las autoridades locales, siete personas murieron y once habrían resultado heridas en los cuatro ataques, tres de ellos contra instalaciones militares y un cuarto contra un taller de neumáticos.
En Járkov, la principal ciudad del este de Ucrania, al menos 9 personas murieron y 25 han resultado heridas en los bombardeos contra el centro y zonas residenciales, según la administración militar regional, que llamó a la población a no abandonar en todo el día los refugios antiaéreos.