La Suprema Corte de Estados Unidos falló este martes a favor de Samsung en su pleito contra Apple y rechazó que el grupo surcoreano pague 399 millones de dólares a su rival por patentes de teléfonos móviles.
Por ocho votos a favor y ninguno en contra, la Corte decidió que Samsung no pierda el derecho a las ganancias por la venta de sus teléfonos por no respetar el diseño de componentes propios de Apple.
La sentencia estableció que la penalidad de 399 millones es inapropiada porque representa “la ganancia total de Samsung por la venta de los teléfonos inteligentes cuestionados” por copiarle al iPhone su formato rectangular con esquinas redondeadas e íconos coloridos en una pantalla negra.
Un juez de California había condenado en 2012 a Samsung a pagar 399 millones de dólares a Apple por transgredir patentes propias del iPhone. Samsung resolvió apelar el fallo en la Suprema Corte.
La Corte empero no se pronunció este martes sobre la suma que debería incluirse en la multa a Samsung por la utilización en sus aparatos de características propias del iPhone.
“Las partes nos pidieron ir más allá y resolver si por cada patente el articulo relevante fabricado es el smartphone en sí mismo o uno de sus componentes específicos”, dijo la juez Sonia Sotomayor.
“Hacer eso nos exigiría un test para identificar el artículo relevante (…) y proceder”, añadió.
La Suprema Corte decidió devolver el caso a una corte de apelaciones de Washington para que se pronuncie sobre los detalles.
Un portavoz de Samsung celebró “una victoria para Samsung y para todos los que apoyan la creatividad, innovación y una competencia justa en el mercado”.
Apple, por su parte, relativizó su derrota. “Lo que se le preguntó a la Suprema Corte era la manera de calcular lo que Samsung debería pagar por haber copiado. Nuestro caso atañe desde siempre la copia flagrante de nuestras ideas por parte de Samsung y eso jamás fue contestado”, comentó el grupo estadounidense.
La empresa estadounidense se considera “optimista de que las jurisdicciones inferiores enviarán de nuevo una señal clara mostrando que robar no es correcto”.