San Luis Potosí es el estado más corrupto de la república, según publica la revista Forbes México en el marco del Día Internacional contra la Corrupción, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Citando datos del INEGI, la revista elaboró el “top ten” de los estados donde hay una mayor percepción de corrupción y en esa lista Quintana Roo ocupa el quinto lugar, seguido de Tabasco, Jalisco, Tlaxcala, Michoacán y Oaxaca”.
El Distrito Federal, Estado de México y Chihuahua ocupan el segundo, tercero y cuarto lugar, respectivamente de la mencionada lista.
En el caso de San Luis Potosí, en 2013 hubo 24,724 casos de corrupción por cada 100,000 habitantes
La revista menciona también otra fuente de consulta, la “Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG)”, que “midió las experiencias de la población al enfrentar una situación de corrupción”.
Aclara que “el tipo de corrupción que se abordó en la ENCIG es la que se genera en la realización de trámites, solicitudes de servicios y otros contactos con servidores públicos”.
El mayor índice de corrupción, señala, se dio “en el contacto con autoridades de Seguridad Pública que registró un 50.6%, seguido del de permisos relacionados con la propiedad, con un 24.8%”.
De acuerdo a datos difundidos por el INEGI, la “percepción sobre la frecuencia de corrupción fue mayor para policías, partidos políticos y el Ministerio Público al ser considerados frecuente o muy frecuente por 89.7%, 84.4% y 78.4% de la población respectivamente”.
Asimismo, el INEGI señala que durante 2013 la corrupción fue mencionada como uno de los cinco problemas sociales que más afectaba a la población al ser señalada por 48.5% de ésta.
El porcentaje de víctimas de corrupción en la realización de trámites, solicitudes de servicios públicos y otros contactos con servidores públicos fue de 12.1%; dicho porcentaje fue de 17.3% para hombres y 7.7% para mujeres.
El Inegi añadió que 30 de las 32 administraciones públicas estatales contaban con un programa anticorrupción, aunque sólo 13 incluían una evaluación de resultados de esos programas.
“27% de las administraciones públicas municipales y delegacionales disponían de un programa anticorrupción. 69.4% del personal con funciones de seguridad pública presentó evaluaciones de control de confianza durante 2012 y 60.1% aprobó dichas evaluaciones”, precisó el Inegi en un comunicado.
De acuerdo con el Inegi, la corrupción ocurre a gran y a pequeña escala.
“La corrupción a gran escala es aquella relacionada con el fraude a gran escala perpetrado por políticos y empresas, en donde ocurre lo que se conoce como ‘captura de Estado’. Este fenómeno sucede cuando las empresas utilizan redes para ejercer influencia sobre las decisiones del gobierno y cambiar las leyes o normas a su favor”, precisó.
Por otra parte, añadió, también existe la corrupción a pequeña escala o pequeña corrupción. La pequeña corrupción es aquella que ocurre con mayor frecuencia y es la que afecta directamente a la población; debido a que es la que ocurre en la interacción cotidiana de la ciudadanía con los servidores públicos y se manifiesta a través del soborno o la extorsión.
Además de la percepción de corrupción en las distintas instituciones, la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2013 (ENCIG) también permite conocer por entidad federativa, la percepción de la población sobre la frecuencia con la que ocurren prácticas de corrupción.