Valentina Herrán y Août Moss son habitantes de la capital francesa quienes contaron su experiencia en la nueva etapa. En Francia, las medidas de confinamiento se relajaron ante el plan de desconfinamiento que empezó en el país desde el 11 de mayo.
Valentina Herrán, colombiana quien habita en París, comentó a EL UNIVERSAL cuál fue su experiencia. “Lo primero que hice fue salir a ver cómo estaban las calles porque en las noticias mostraban que había mucha basura en las calles, a pesar de que no hubiera mucha gente. Y salí cerca donde yo vivo con la intención de ver si era cierto y para ver también si habían puesto gel antibacterial en los paraderos de los buses, porque decían que lo habían hecho. Y no lo colocaron en todos, pero sí en la mayoría”, comenta.
“El uso de la mascarilla es obligatorio en el transporte público y en establecimientos cerrados. Mucha gente, la mayoría, usa mascarillas en el transporte. En algunas tiendas a veces dejan entrar a la gente sin mascarilla, normalmente la exigen. Yo la estoy utilizando en la calle, nos tenemos que seguir cuidando. Cuando estoy en transporte público uso guantes y el antibacterial”, añade.
A pesar de la flexibilidad en las medidas de restricción, la colombiana expresa que la vida en Francia no ha regresado del todo a la normalidad.
“La gente sí y no está actuando de manera cotidiana. Acá los espacios son muy reducidos, en París, la gente dice que sufre de estrés por convivir con la misma gente en un mismo espacio y por eso dicen que necesitan salir. Hay personas que salen, hacen su deporte, compran su comida y regresan a la casa. Muchos adolescentes y muchos adultos también se ven en los parques y no tienen las medidas, se reúnen ocho personas en el mismo lugar, hay mucha basura. Se les olvidó que el virus existe”, afirma.
“A pesar de que estamos en una nueva etapa del confinamiento, no significa que el virus no exista y que la gente no se esté contagiando. Me preocupa mucho que no cambiemos nada después de todo esto. Cuando la vida nos está mostrando que los resultados son negativos es porque algo no se está haciendo bien”.
A diferencia de Valentina, tiene nacionalidad inglesa y radica en Francia desde hace varios años. Ella, quien admitió no estar acostumbrada al encierro, visualizó la cuarentena de una manera distinta.
“Las personas que son nacionalizadas o que tienen la residencia el gobierno les canceló cosas como el arriendo, facturas de agua y gas, y electricidad. Fueron de mucha ayuda estas medidas para el factor económico del pueblo. Me siento privilegiada, la verdad no sé cómo hicieron los inmigrantes que llegan aquí en busca de una vida mejor”, cuenta.
Al salir pudo compartir con las personas más cercanas a su vida. “Me vi con mis amigos y platicamos de todo lo que hicimos durante cuarentena y cómo nos acercamos más con las personas que compartimos techo. Francia sabe controlar muy bien la situación y no ha habido nuevo brotes de contagio. Sin embargo, hay que portar tapabocas y guantes en lugares específicos como metros y buses y los restaurantes y bares que abrirán pronto. La gente está tomando esto con mucha naturalidad”, expresa.