Mérida, 28 de Octubre 2022.- Aunque los síntomas de la fase aguda de COVID-19 están bien estudiados, las secuelas a largo plazo aún no están claramente definidas, ni su interrelación con enfermedades respiratorias crónicas, como Asma y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), sobre todo cuando éstas no están adecuadamente controladas, advirtió la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax (Smnyct).
Un comunicado añadió que la Smncyt, junto con la farmacéutica Boehringer Ingelheim, reunieron a expertos neumólogos de México, Centroamérica y El Caribe en la Alianza de Expertos en Neumología (ADEN) 2022, con el objetivo de analizar dicha interrelación.
Al evento, que cuenta con destacados ponentes como Antonio Anzueto y Roland Buhl, se dan cita más de 100 médicos neumólogos e internistas de toda la República Mexicana, así como de países de Centroamérica y El Caribe para continuar estudiando los retos que presentan las enfermedades respiratorias crónicas (ERC) en la región.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, las enfermedades respiratorias crónicas (ERC) son las principales causas de discapacidad y muerte en el continente.
En México se estima que el siete por ciento de la población vive con asma, mientras que en EPOC la cifra llega casi al ocho por ciento.
De hecho, tan solo la EPOC representa una de las primeras diez causas de muerte en el país, con una tasa de mortalidad de 21.55 por cada 100 mil habitantes.
Desafortunadamente, ambos padecimientos son altamente subdiagnosticados: 40 por ciento para asma y 80 por ciento para la EPOC.
“Por su alto nivel de subdiagnóstico, es muy probable que muchos pacientes sufran una enfermedad crónica como asma y EPOC que, al no estar diagnosticada, tampoco es tratada adecuadamente, lo que los pone en un mayor riesgo si llegan a contraer una infección respiratoria”, resaltó el doctor Vázquez.
Al subdiagnóstico se agrega, además, la falta de un seguimiento adecuado del tratamiento. En México, por ejemplo, solamente el 50% de los pacientes con asma y EPOC tiene un correcto apego al mismo, lo que provoca exacerbaciones y complicaciones que ponen en riesgo la vida.
Por su parte, el neumólogo al Servicio de Neumología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Luis Septién, señaló que “la falta de un adecuado seguimiento, ya sea por la dificultad para lograr acceso a la atención médica o por la falta de disciplina de los pacientes, se suma a los efectos de largo plazo de asma y EPOC”.
Para el especialista, el asesoramiento y visita puntual al neumólogo de cabecera facilitará que los pacientes con asma o EPOC tengan mejores resultados en el largo plazo.
“Adicionalmente, la COVID-19 provocó un uso irracional de corticosteroides, que, si bien ayudan en casos graves, no son el tratamiento ideal de largo plazo para todos los pacientes”, explicó.
“Una vez que se superaron los efectos más agudos de la COVID-19, los pacientes deben evaluar con su médico cómo y cuándo regresar a su tratamiento normal” agregó Vázquez. (Infoqroo)