Hace unos días fue captada una señal de radio proveniente de Proxima Centauri, una estrella cercana a la Tierra que puso en alerta a la comunidad científica.
Los investigadores no afirman que se trate de una señal extraterrestre, porque el análisis de datos aún no está completo, por lo que nadie puede estar seguro de qué es exactamente este extraño haz de radio. Todo lo que se sabe hasta ahora es que es peculiar.
Pero llama la atención que la señal proviene de un planeta que podría ser habitable por sus características similares a la de la Tierra.
Durante décadas, los astrónomos han buscado planetas con condiciones similares a las de la Tierra para que en un futuro no tan próximo se lleve a cabo la implementación de una colonia humana en otro mundo. El resultado más cercano a esto es el descubrimiento del planta Próxima b.
Ubicado en Próxima Centauri, el planeta orbita al rededor de su propia estrella en una agrupación de cuerpos celestes similares a la que hay en el Sistema Solar; sin embargo, esta no es la única condición que se debe cumplir para que una misión hasta este punto sea viable.
¿Qué hace a un planeta apto para la vida?
En primera instancia, la cercanía que tiene Próxima b con su estrella es siete veces menor a la que tiene Mercurio con el Sol, lo cual ocasiona que dé una vuelta completa alrededor de ella en solamente 11 días y dos horas.
Esta distancia podría ser peligrosa para albergar al ser humano u otra clase de organismo, pero al tomar en cuenta que el fulgor de este sol es mucho menor que la del astro celeste de la Tierra, no es un un pedimento para la sobrevivencia.
Sin embargo, el riesgo que se podría tener es la alta emisión de rayos x y ultravioleta, aseguró Enric Pallé, investigador en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Esos planetas teóricamente tienen una temperatura que permite la existencia de agua liquida, pero durante gran parte de su historia evolutiva han estado sometidos a procesos que probablemente hayan volatilizado cualquier atmósfera que pudiera existir”.
Enric Pallé.
Una vez descartada o confirmada esta información, las investigaciones podrían ir en torno a la forma en la que se podría albergar la vida en este punto o si, de hecho, ya hay habitantes en este cuerpo celeste.