Sigue recluido el Papa Francisco por la contingencia mundial, pero celebra audiencia por internet

Ciudad del Vaticano, 11 de marzo.- El papa Francisco, recluido en el Vaticano por la epidemia de coronavirus Covid-19 que asedia a Italia, celebró hoy su primera audiencia general virtual, con agradecimiento para los trabajadores de la salud pero instando al mundo a no olvidar la difícil situación de los refugiados sirios.

La mayoría de las audiencias generales del pontífice se realizan en la Plaza de San Pedro, convocando a decenas de miles de personas.

Pero la plaza estaba vacía este miércoles luego de que el Vaticano, ubicado dentro de Roma, se adhirió a una cuarentena nacional que busca detener el avance del virus.

Francisco y diez sacerdotes, algunos de los cuales traducen sus palabras a otros idiomas, sentados en sillas distanciadas entre sí, se reunieron en la biblioteca oficial papal para una audiencia que se transmitió por internet en vivo para la televisión.

El Papa, quien ha suspendido todas las apariciones públicas similares, dijo que se sentía cercano a “todas las personas enfermas que han contraído el virus y padecen enfermedades y las muchas que sufren por la incertidumbre”.

El pontífice de 83 años agradeció al personal médico y a los voluntarios dedicados al combate contra el contagio “en este momento tan difícil”.

Italia es el país más afectado del mundo después de China, con unas 631 muertes y 10 mil 149 casos confirmados.

Sin embargo, el Papa declaró que “este dolor, esta epidemia” no debe hacer que el mundo se olvide de los refugiados sirios en la frontera entre Grecia y Turquía.

“Son personas que han estado sufriendo durante años. Tienen que escapar de la guerra, el hambre y la enfermedad. No olvidemos a nuestros hermanos y hermanas, tantos niños que sufren allí”.

Decenas de miles de migrantes intentan ingresar a Grecia, estado miembro de la Unión Europea, desde que Turquía dijo el 28 de febrero que ya no los mantendría en su territorio dentro del acuerdo de 2016 que firmó con Bruselas a cambio de la ayuda de la UE para los refugiados.

Francisco agradeció a los creyentes de todas las religiones que estaban orando por el fin de la epidemia.

“Todos unidos, independientemente de la religión a la que pertenezcan. Gracias de todo corazón por este esfuerzo”.

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