Las emisiones radiactivas tras el accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima en 2011 no han producido efectos negativos sobre la salud, según las conclusiones de un comité de investigadores de la ONU publicadas ayer.
Desde un informe anterior publicado en 2013, “no se ha documentado ningún efecto nocivo para la salud de los habitantes de Fukushima que pueda atribuirse directamente a la exposición a la radiación”, afirmó la presidenta del Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR), Gillian Hirth.
En general, el informe del UNSCEAR publicado ayer confirma ampliamente los principales resultados del informe anterior, que data de 2013. Según un comunicado de las Naciones Unidas, ofrece “una evaluación mejorada y más sólida de los niveles y efectos de la radiación debidos al accidente”.
Tras un sismo de magnitud 9 seguido de un tsunami, el accidente de Fukushima provocó, el 11 de marzo de 2011, la liberación de importantes emisiones radiactivas en el agua, el aire y los suelos en la región.