Bruselas.- Al personal de limpieza protegido con trajes impenetrables y armados con tanques desinfectantes no se le ve por ningún lado en la capital de Europa.
En Bruselas, la cuarentena no está siendo utilizada para aniquilar la eventual presencia de Covid-19 en templos, plazas, jardines o sistemas de transporte metropolitano, como sí ha sido el caso en Estambul, Venecia, Nueva York y la Ciudad de México.
Las autoridades belgas llegaron a la misma conclusión que el resto de la comunidad internacional sobre las vías de transmisión, reconocen que principalmente las personas se infectan del coronavirus a través de la inhalación de líquido contaminado expedido por una persona infectada ubicada a una instancia aproximada de un metro y por tocarse los ojos, la nariz o la boca tras haber tenido contacto con superficies u objetos contaminados.
Sin embargo, el Servicio Federal de Salud Pública (SPF) no cree que las operaciones de nebulización deben formar parte de su artillería para aniquilar la enfermedad activa en el mobiliario de parques, explanadas y otros lugares públicos.
El enfoque se estaría inclinando por el análisis de que el impacto de estos métodos son demasiado bajos para el tamaño del esfuerzo requerido y sólo estarían dirigidos a tranquilizar a la población dando la impresión de que se está actuando.
Esa tesis es la que perdura entre algunos estudiosos belgas, como Marius Gilbert y Emmanuel André, de la Universidad Libre de Bruselas y de la Universidad Católica de Lovaina, quienes de acuerdo con el diario Le Soir descartan que sea una buena idea desinfectar los lugares públicos. “Ningún trabajo científico muestra el impacto de tal medida. La cantidad de medios utilizados es desproporcionada al impacto que pueda tener”, sostiene Gilbert.
“Si uno vaporiza el alcohol en las calles, no tocará todas las superficies. Es ilusorio pensar que esto va a erradicar el virus”, señala el virólogo André. En entrevista con El UNIVERLSAL, Michel Moutschen, experto en enfermedades infeccionas y quien se encuentra en primera línea de fuego de lucha contra el coronavirus en el Hospital Universitario de Lieja, sostiene que su país más bien optó por un plan sustentado en confiar en la población.
En lugar de sacar a la calle un ejército de limpieza, se inclinó por la tesis de que la ciudadanía cumplirá con de las medidas personales de higiene y distancia. “Si decides no hacerlo es porque consideras que no tienes el personal requerido o porque tienes la confianza de que la gente será muy cuidadosa, como lavarse las manos tantas veces como sale del hogar”, dice Moutschen.
“Bélgica cree que puede enfrentarlo sin esa medida, porque confía en que la población cumplirá con la prácticas de aseo de las manos”.
El catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Lieja, considera que si no hay confianza de que la ciudadanía cumplirá con los requisitos de higiene, sí es oportuno incluir en el plan de contingencia el uso de nebulizadores, a pesar de que algunos piensen lo contrario.
“Nadie sabe con precisión, pero hay datos científicos que comprueban que el virus puede sobrevivir por muchos días en superficies y también hay datos que confirman que el virus puede llegar a las manos por contactos con medios contamina dos”.
“No es estúpido ser muy riguroso en la forma como se desinfectan superficies que puedan ser tocadas por las manos. No sé si atomizar las calles es lógico, pero no podemos desatender el aspecto de contaminación potencial en los espacios”.
Si bien reconoce no tener datos estadísticos, afirma que están llegando al hospital personas enfermas que viven en condominios desfavorables en donde no se aplica la higiene apropiada en la infraestructura. “No es claro que en estas infraestructuras se esté destinando la energía necesaria en la limpieza de las superficies”, indica.
El último reporte oficial contabiliza más de 15 mil casos y más de mil decesos por la enfermedad en la nación europea.
El reinado belga encendió las alertas el pasado martes luego de registrar el fallecimiento de una niña de 12 años por coronavirus. Es la víctima más joven hasta ahora identificada en el país. El doctor Steven Van Gucht, describió la muerte de la menor de edad como “excepcional”.