El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, se apartó de las posibles investigaciones que realice el Departamento de Justicia a su cargo sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, tras conocerse que se reunió durante la campaña electoral con el embajador ruso, Sergey Kislyak.
Tras haber pasado “varias semanas” consultando con funcionarios del Departamento de Justicia sobre lo que era lo más conveniente hacer, “decidí recusarme de cualquier investigación existente o futura de cualquier asunto relacionado de cualquier manera con la campaña a presidente de EU”, anunció Sessions en rueda de prensa.
El fiscal general, máximo responsable del Departamento de Justicia, dijo que su decisión “no debe ser interpretada como una confirmación de la existencia de una investigación o una sugerencia sobre el alcance de una investigación de ese tipo”.
Sessions es cuestionado porque durante la campaña electoral se reunió con el embajador ruso en EU, pero durante su audiencia en enero en el Senado de confirmación para el puesto de fiscal general negó explícitamente cualquier contacto con los rusos.
Chuck Schumer y Nancy Pelosi, líderes demócratas en el Senado y en la Cámara de Representantes respectivamente, pidieron ayer su dimisión antes de que éste anunciara que iba a recusarse.
El presidente Donald Trump, por su parte, afirmó que tiene “total” confianza en Sessions y denunció una “caza de brujas de los demócratas” en su contra. La presión ya había aumentado sobre el fiscal general de 70 años. Varios senadores y congresistas republicanos habían considerado que lo mejor que podía hacer Sessions era apartarse de cualquier investigación sobre la campaña electoral. Un grupo de unos 150 personas se manifestaron ayer ante el Departamento de Justicia, pidiendo su dimisión.
El diario The Washington Post reveló el miércoles que durante la campaña electoral Sessions se reunió en dos ocasiones con el embajador ruso Kislyak. En esos momentos, era senador y asesor de la campaña del entonces candidato Trump. Los demócratas llevan meses pidiendo que se abra un investigación independiente sobre la presunta injerencia rusa en los comicios para que ganara Trump, en vez de su rival demócrata, Hillary Clinton.
Mientras, Trump lanzó ayer desde el portaaviones en construcción Gerald R. Ford la promesa de abanderar el “gran resurgir” militar estadunidense con un aumento del gasto en defensa que militarizará al país a niveles históricos para tiempos de paz.
“Después de años de recortes presupuestarios sin fin que han perjudicado a nuestras defensas, estoy pidiendo uno de los mayores aumentos en el gasto de defensa de la historia”, resumió Trump en un discurso en el portaaviones más moderno y costoso de la flota de EU, en los astilleros de Newport News (Virginia).
En Washington, el Senado confirmó al neurocirujano retirado Ben Carson como secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, así como al ex gobernador de Texas, Rick Perry, como secretario de Energía del gabinete de Trump.
CLAVES
DOS DÍAS SIN INSULTOS
Donald Trump lleva días sin lanzar ataques por Twitter, por lo que la cadena CNN creó un cronómetro para contabilizar cuánto tiempo se mantendrá.
Ese cronómetro, al que se puede acceder a través de una cuenta de Twitter de CNN, superó anoche los cuatro días y contabiliza minutos y segundos.
La cadena detalló que Trump lleva sin lanzar ataques a través de Twitter desde el domingo. “Veremos cuánto dura literalmente”, comenta CNN.