Trabajan 2.5 millones de niños en México y más de la mitad lo hace gratis

Aunque el esparcimiento y la educación son un derecho, la necesidad familiar ha obligado a millones de menores a integrarse al mercado laboral y muchos de ellos trabajan por hambre.

Se ocupan como comerciantes, en el ambulantaje, vendiendo chicles y botellas de agua en las avenidas, en mercados como mandaderos y ayudando a las señoras a cargar las bolsas de mandado, mientras las adolescentes se emplean en ventas, por mencionar algunos.

De acuerdo con el INEGI, en 2014 en México había 40.2 millones de menores de entre 0 y 17 años, 19.7 millones de niñas y 20.5 millones de niños. Tan sólo en 2013 2.5 millones de infantes de entre 5 y 17 años realizaban alguna actividad económica.

Destaca que la tasa de ocupación para la población infantil fue de 8.6, de ellos, el 36 por ciento no asistía a la escuela y el 64 por ciento combina trabajo con estudio, mientras que el 2.4 no tiene escolaridad, el 38.7 por ciento cuenta con algún grado de primaria y el 48.1 con algún grado de secundaria.

A pesar de su esfuerzo, casi la mitad de los menores que trabajan (el 49.5 por ciento), no recibe ingreso o su remuneración no era monetaria.

Aunque para la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), miles de niños, niñas y adolescentes combinan el trabajo con la escuela, la realidad indica que la mayoría ha abandonado la escuela para dedicarse al trabajo de tiempo completo.

Y es que el trabajo infantil constituye una violación de los derechos de la niñez, ya que impide su sano crecimiento y trunca su desarrollo escolar. Al respecto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) considera que en cualquier país el trabajo infantil es un obstáculo para el desarrollo social y económico ya perpetúa las desigualdades existentes.

En México, la Ley Federal del Trabajo señala una prohibición en el empleo de los menores de 14 años, los mayores de esta edad y menores de 16 años no hayan terminado la educación obligatoria deberán contar con la autorización de sus padres o tutores.

En el 51 por ciento de las familias mexicanas, los menores aportan de 31 a 50 por ciento del ingreso, lo que convierte sus percepciones en fundamentales para la economía del hogar.

Al respecto de estos datos, la presidenta de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos señaló en entrevista al diario La Jornada, que se ha demostrado que existe un fuerte vínculo entre pobreza y trabajo infantil y lamentó que en algunos casos eso menores sean explotados y que muchos adultos se aprovechen de ellos.

No cabe duda que para erradicar el trabajo infantil, el Estado debe invertir en educación, otorgar becas, mejorar la economía y trabajar en la disminución de la violencia en los hogares. Y tampoco debemos olvidar que es una responsabilidad compartida entre la sociedad, organismos internacionales y gobierno federal.

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