El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, brindó por los gobernadores del país el domingo por la noche en una cena de etiqueta con los mandatarios estatales en la Casa Blanca, antes de las discusiones sobre sus planes para derogar y sustituir la reforma sanitaria Obamacare.
Trump recibió a 46 gobernadores y sus parejas en el tradicional Baile de los Gobernadores anual en la Casa Blanca, el primer gran acto social de su mandato. El presidente felicitó a la primera dama, Melania Trump, por el elegante evento a la luz de las velas en el State Dining Room, diciendo: “El salón, dicen, nunca ha lucido mejor, pero quién sabe”.
Durante su brindis, el presidente mencionó la reunión que mantendrá el lunes con los gobernadores en la Casa Blanca, señalando que “quizás salga la reforma sanitaria” en un guiño al trabajo del Congreso para anular y sustituir la reforma al sistema de salud pública del expresidente Barack Obama.
Trump saludó a los gobernadores bromeando con que “tienen un trabajo muy fácil”. A pesar de algunas polémicas en el inicio de su mandato y los desafíos judiciales que enfrenta su orden ejecutiva para impedir la entrada al país de refugiados y migrantes de siete países de mayoría musulmana, el republicano dijo que ya hizo progresos.
“Puedo decir que, tras cuatro semanas, ha sido divertido, pero hemos logrado casi todo lo que dijimos que lograríamos. Las fronteras son más estrictas”, señaló elogiando el trabajo del secretario de Seguridad Nacional, John Kelly. “Estamos contentos con la forma en que están saliendo las cosas, pero, de nuevo, hicimos muchas promesas en los dos últimos años y muchas de esas promesas ya se cumplen así que nos sentimos muy honrados por eso”.
El gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, demócrata y aliado de la rival de Trump en la carrera por la presidencia, Hillary Clinton, fue el encargado de realizar el brindis de los líderes estatales a Trump. McAuliffe, presidente de la Asociación Nacional de Gobernadores, dijo que todos comparten objetivos comunes de empleo, educación, atención sanitaria de calidad e infraestructuras para todo el país.
“Queremos trabajar con usted para construir sobre esos ideales”.
Los gobernadores, sus invitados y los miembros del gobierno de Trump se sentaron en largas mesas coronadas con centros florales blancos y velas en el State Dining Room, donde el presidente se dirigió a los asistentes desde un atril próximo a un retrato de Abraham Lincoln. El mandatario republicano vestía un esmoquin negro, el mismo color elegido por la primera dama para su traje de noche largo.
En las mesas, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se sentó junto a su sucesor, el gobernador de Indiana, Eric Holcomb. El secretario general de la Casa Blanca, Reince Priebus, compartió lugar con el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, y la hija del presidente Ivanka Trump estuvo entre los gobernadores de Kentucky, Matt Bevin, y Massachusetts, Charlie Baker.