Uber, Didi… pretexto para nueva manifestación de transportistas en Cancún

CANCÚN, 31 de agosto.— Transportistas con concesiones federales se manifiestan desde poco después de las 10 de la mañana, con una caravana hacia el aeropuerto contra plataformas de transporte como Uber y DiDi, afectando significativamente a la industria turística.


La caravana, compuesta por automóviles, camionetas y vans, avanzó lentamente desde las instalaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SICT) hacia el Aeropuerto Internacional de Cancún, generando caos en la circulación vial de la ciudad.
En protesta por lo que consideran competencia desleal, los manifestantes han decorado sus vehículos con mensajes que declaran a Uber como “ilegal en el Aeropuerto de Cancún, una Zona Federal”. Sin embargo, esta manifestación, aunque prometida como pacífica, amenaza con agravar las tensiones en el sector turístico, que depende en gran medida de la libre movilidad de los visitantes en la región.
Las autoridades locales, conscientes del impacto negativo de este tipo de acciones en la economía local, han implementado dispositivos viales para intentar mitigar los embotellamientos. A través de redes sociales, el Ayuntamiento de Benito Juárez ha pedido a los ciudadanos mantenerse informados sobre las condiciones del tráfico y ajustar sus planes de viaje.
Esta movilización se suma a un clima de creciente tensión en Quintana Roo, marcado por el reciente arresto del líder de los taxistas de Tulum, Eleazar Sagrero, acusado de homicidio. A su vez, los transportistas exigen que la gobernadora Mara Lezama tome medidas más estrictas contra las aplicaciones de transporte, o las prohíba definitivamente.
El descontento entre los transportistas por la competencia de plataformas digitales refleja una crisis en el sector de la movilidad en el estado, donde los bloqueos y manifestaciones se han vuelto recurrentes, afectando no solo a los residentes sino también a los turistas, quienes ven en riesgo su experiencia de viaje. Mientras tanto, la incertidumbre y la imagen negativa proyectada en el ámbito internacional podrían tener repercusiones profundas en el turismo, una de las principales fuentes de ingresos del estado.
Es claro que, en su afán por mantener el control del mercado, los transportistas están dispuestos a sacrificar el flujo turístico, poniendo en jaque a una industria que es vital para la economía local y estatal.

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