El tiroteo ocurrido en la universidad Umpqua ha planteado dudas sobre la seguridad en el recinto.
Roseburg está en el condado de Douglas, una región de tendencia conservadora donde hay afición por la caza, la pesca y otras actividades al aire libre (AP).
Equipado con varias armas, un hombre 26 años entró por la mañana en una clase de escritura en una universidad comunitaria y abrió fuego, alcanzando a varios estudiantes con múltiples disparos. Un profesor recibió un balazo en la cabeza, dijo un testigo.
El agresor mató al menos a nueve personas en la localidad rural de Roseburg, Oregon, y un testigo dijo que el tirador había exigido que los estudiantes dijeran cuál era su religión antes de dispararles el jueves, el cuarto día del curso en el Umpqua Community College.
Los estudiantes que estaban en un aula contigua oyeron varios disparos, uno detrás de otros, y su profesor les dijo que se marcharan. “Empezamos a correr. Muchos de mis compañeros salían en direcciones diferentes. Empezamos a correr hacia el centro del campus. Y me di la vuelta, y vi estudiantes que salían del edificio” , comentó Hannah Miles, alumna del centro.
El peor tiroteo masivo en la historia reciente de Oregon ha planteado dudas sobre la seguridad en la universidad. El ex rector del centro, Joe Olson, que se jubiló en junio, dijo que había habido un debate en el campus sobre si colocar guardas de seguridad armados para responder a tiroteos.
“Sospecho que esto abrirá un debate en todo el país sobre cómo se preparan las universidades comunitarias para sucesos como éste” , dijo Olson.
El tirador fue identificado como Chris Harper Mercer, según un miembro del gobierno que no estaba autorizado a comentar el tema y proporcionó el nombre bajo condición de anonimato. El agresor murió tras un tiroteo con la policía.
La policía no aclaró si conocía los motivos del tirador.
El tiroteo interrumpió la primera semana de clases del centro, que tiene unos 3 mil estudiantes y se encuentra en un antiguo pueblo maderero situado 290 kilómetros al sur de Portland.
Mercer vivía en un edificio de apartamentos cercano, que fue acordonado el jueves por la noche con cinta amarilla.
El joven “parecía muy hostil” y “se sentaba solo en la oscuridad en el balcón con una lucecita”, dijo un vecino, Bronte Harte, a Associated Press.
Harte señaló que en el edificio vivía también una mujer que creía era la madre de Harte, y que estaba “llorando a mares”.
En Torrance, un suburbio de Los Ángeles, los vecinos de un pequeño bloque de dos pisos donde Mercer vivió poco tiempo hace varios años lo recordaban como retraído y poco comunicativo.
Ian Mercer, padre de Chris Harper Mercer, habló el jueves por la noche con KABC-TV y otros medios reunidos ante su casa en Tarzana, California.
Mercer señaló que había sido un “día devastador” para él y su familia, y que había hablado con la policía y el FBI sobre el tiroteo.
Carmen Nesninck, su hermanastra, dijo KCBS-TV que el tiroteo no tenía sentido.
“Lo único que hacía siempre era poner a otros por delante de él, quería que todo el mundo fuera feliz”, dijo.
En una rueda de prensa, el jefe de policía del condado dijo que no iba a pronunciar el nombre del agresor porque eso era lo que él habría querido.
“No nombraré al tirador. No le daré el reconocimiento que probablemente buscaba antes de este acto horrendo y cobarde”, dijo visiblemente enfadado John Hanlin.
Roseburg está en el condado de Douglas, una región de tendencia conservadora al oeste de Cascade Range donde hay afición por la caza, la pesca y otras actividades al aire libre.
Es una localidad generalmente tranquila, aunque éste no es su primer tiroteo. En 2006, un estudiante en su primer curso de secundaria fue a clase y disparó a otro estudiante, que resultó herido.
El jueves, padres y familiares angustiados se apresuraron a acudir al recinto ferial, a donde fueron trasladados en autobuses los alumnos sobrevivientes.
Jessica Chandler buscaba con desesperación información sobre su hija de 18 años, Rebecka Carnes.
“No sé dónde está. No sé si está herida. No tengo idea de dónde está”, dijo Chandler.
La mejor amiga de Carnes dijo a la mujer que su hija había sido evacuada en helicóptero a un hospital.
Los estudiantes describieron el pánico que sintieron al escuchar los disparos.
Sarah Cobb, de 17 años, estaba en un aula contigua a los disparos. Oyó un disparo, y cuando un profesor dijo que debían salir, sus compañeros salieron corriendo mientras se oían dos detonaciones más.
“Me quedé aterrada. No sabía qué pensar, qué hacer”, dijo.
Kortney Moore, de 18 años, dijo al periódico Roseburg News-Review que estaba en clase cuando una bala atravesó la ventana y alcanzó al profesor en la cabeza. Entonces, el atacante entró en el aula y ordenó a todos que se tiraran al suelo. Después les exigió que se levantaran, que manifestaran su religión y abría fuego.
Antes del tiroteo en Roseburg, una entrada en el foro 4chan mostraba una imagen de una rana toscamente dibujada, y que suele emplearse en imágenes cómicas en internet, con un arma y un texto que advertía a la gente que no fuera a clase el jueves en el noroeste del país. Los mensajes que siguieron hablaban de tiroteos masivos y algunos usuarios animaban al autor original o incluso le ofrecían consejos. No estaba claro si los mensajes estaban relacionados con el tiroteo debido a la naturaleza mayormente anónima del sitio web.
Hanlin dijo que las autoridades seguían informando a los familiares de los fallecidos sobre la pérdida de sus seres queridos.
“Ha sido un día terrible”, dijo Hanlin con rostro serio. “Lo cierto es que estos hechos han causado gran conmoción a nuestra comunidad”.
El jefe de policía ha sido un gran opositor de las iniciativas para aumentar el control estatal y federal sobre las armas. En 2013, envió una misiva al vicepresidente, Joe Biden, tras la balacera en la escuela primaria de Newtown, Connecticut, declarando que él y sus agentes se negarían a aplicar nuevas restricciones sobre las armas que “infringen los derechos constitucionales de mis ciudadanos”.
Cientos de personas acudieron el jueves por la noche a una vigilia con velas en Roseburg en memoria de las víctimas. Muchos sostenían velas, y se entonó el himno “Amazing Grace”.
Sam Sherman, un antiguo alumno, dijo que acudir al centro había ampliado sus oportunidades.
“Eso es lo único en lo que podía pensar hoy. Hay 10, 9 chicos a los que no se les abrirán esas puertas”, dijo.