Un gobernador yucateco, Gral. Francisco Cantón Rosado, dilucidó 70 años antes de que se inventara Cancún el éxito que tendría este lugar y, por lo mismo, le llegó a pedir al entonces presidente de la República, Porfirio Díaz, que el estado de Yucatán conservara estos territorios.
A continuación el texto íntegro de la carta en la que el funcionario yucateco advierte en 1901 que el desarrollo social y económico natural de ese Estado tendería hacia la costa oriental de la Península, una vez que el henequén dejara de ser la base de la economía yucateca:
“Mi querido General y respetado amigo:
“En los actuales momentos, a la parte pensadora del pueblo yucateco preocupa hondamente la iniciativa de la Secretaría de Gobernación y de la Cámara de Diputados, relativa a la conversión de la mayor parte del Estado en Territorio Federal.
“Ante todo debo manifestar a usted que las apreciaciones que voy a permitirme aventurar son de orden absolutamente personal y privado, pues como gobernante subordinado, adicto y leal amigo de usted, en todo caso procederé en el sentido que usted se sirva indicarme, teniendo yo la firme convicción de la elevación de miras y desvelo por el bien público que han presidido siempre los actos de usted.
“No pretendo examinar la constitucionalidad de la creación de un Territorio Federal en el seno de este Estado; desde luego, y sin vacilar, reconozco que Yucatán no puede ser por sí solo, como no ha podido en medio siglo, recuperar
(1)Rodrigo Gómez fue director del Banco de México de 1952 a 1970. Le tocó el período de elaboración, lanzamiento y los primeros pasos del proyecto turístico de Cancún.
(2)El político y general Francisco Cantón Rosado nació en Valladolid en el año de 1933 y fue gobernador de Yucatán de 1898 a 1902.
pacíficamente y conservar, ni menos colonizar ni fomentar la comarca sudoriental
segregada, hace 53 años por la rebelión de los mayas, de la acción política y administrativa y del movimiento progresista y civilizador de la República y creo firmemente que sólo la nación está en condiciones de obtener beneficios.
“Pero no pudiendo realizarse éstas con la libertad de acción y eficacia necesarias, permaneciendo la zona conquistada bajo la jurisdicción del estado, se impone la conveniencia de erigirla en territorio federal.
“Por otra parte, de ese modo se asegura la paz y la tranquilidad de Yucatán y señaladamente de sus fronteras que tanto han sufrido en la guerra social, no solo respecto a las agresiones de los intransigentes, indómitos y feroces mayas rebeldes, sino también en sus relaciones con la colonia británica de Belice, quedando asimismo a cubierto de ese extremo del territorio nacional de cualquier otra potencia ambiciosa que codiciara una intervención interesada en sus asuntos.
“Mas al lado de esa conveniencia, mi General, surge la consideración de que aceptando la amplitud que la iniciativa demarca al futuro territorio, el estado de Yucatán no sólo perdería la dilatada comarca sobre la que de hecho ejercían jurisdicción ilegal y arbitraria los indios sublevados, sino además una importante extensión de territorios y directa administración y en la que existen numerosas poblaciones agrícolas, los de la Colonizadora, en la Costa Oriental, y las pobladas Isla Mujeres, Cozumel y Holbox.
“De esta manera, el Estado quedaría reducido a su porción más árida y pedregosa, que sólo debe su vida al inusitado precio del henequén, que nace y se desarrolla entre sus peñas y que constituye, al presente, único factor de su riqueza pública y de su movimiento mercantil. Pero cuando baje ese precio a su tipo normal, lo que frecuentemente ha sucedido, no poseyendo otras industrias, Yucatán necesitaría, le sería indispensable, buscar la existencia en otros productos agrícolas y en la industria pecuaria, para lo que no es propicia la pedregosa y árida zona ahora floreciente, merced nomás al henequen. Para comprobar que este estado es por su naturaleza escaso de producciones e industrias, basta fijarse en que es uno de los más importantes importadores de la República, porque todo lo
recibe del exterior para su subsistencia y no exporta más que la expresada fibra, sin la demanda de la cual volvería a su antigua y tradicional pobreza.
“Con objeto de conjurar, en parte al menos, los graves males indicados y atenuar la profunda y penosa impresión que en el pueblo yucateco, que es a usted adicto, ha producido el proyecto que nos ocupa, me tomo la libertad de insinuar al recto juicio de usted, que la línea divisoria entre el estado y el nuevo territorio, parta de Tulum, en la costa oriental, y se dirija al vértice que separa a Yucatán de Campeche y de allí al sur de la frontera con Guatemala.
“De esta manera el territorio federal comprenderá una vasta zona, la más rica y exuberante de la Península, y a Yucatán sólo dejará al Oriente cierta extensión de terreno que, como he dicho, le será indispensable para sobrevivir el día en que el henequén, su único elemento actual de riqueza pública, perdiese la importancia inusitada que al presente tiene.
“La conmoción y pena que la noticia del desmembramiento del territorio del Estado ha ocasionado a los yucatecos, mi General, se explica fácilmente por el profundo amor que tienen a esos campos reconquistados por sus padres, después de la conflagración social de 1848, en medio de sufrimientos indecibles y de épicos combates y consagrados allí, durante medio siglo, y por la segregación de tantos puntos como Tihosuco, que fue una de las poblaciones más florecientes de la Península y que es una de nuestras más gloriosas y queridas reliquias históricas, célebre por los numerosos y rudos combates librados en su recinto durante la guerra social y por sus heroicas y legendarias defensas.
“Recordando, mi General, las consideraciones que su benevolencia se ha servido dispensarme, sus levantados propósitos en favor de Yucatán y su siempre recto criterio, me permito elevar a su alto juicio, con mi atenta súplica, las anteriores reflexiones, que no dudo se dignará analizar con el reposo y la discreción que lo caracterizan, repitiéndole que, en todo caso, siempre estaré dispuesto a obrar en el sentido de sus superiores indicaciones.
“Queda de usted, entretanto, con respetuoso afecto, su atento y sincero amigo y adicto subordinado: Francisco Cantón”.
Cancún es sinónimo de éxito, pero también lo es de polémica. A pesar de su corta edad, este centro vacacional estuvo rodeado de polémicas desde su fundación.