Una alimentación poco saludable aumenta riesgo de morir prematuramente

Los adultos que no tienen un acceso adecuado a los alimentos debido a sus limitaciones financieras tienen entre un 10 y un 37 por ciento más de probabilidades de morir prematuramente por cualquier causa, menos cáncer, en comparación con las personas que sí tienen una seguridad alimentaria.
   Esta es la principal conclusión de una investigación canadiense, publicada recientemente en ‘Canadian Medical Association Journal’ (CMAJ), donde analizaron los datos de la Encuesta de salud comunitaria de entre 2005-2017 sobre más 510.010 adultos.
   “Entre los adultos que murieron prematuramente, los que experimentaron una inseguridad alimentaria severa murieron a una edad de 9 años antes que sus contrapartes de seguridad alimentaria”, escribe la autora principal, la doctora Fei Men, becaria postdoctoral en el laboratorio de la profesora Valerie Tarasuk en la Universidad de Toronto.
   Clasificaron a las personas entre las que tenia un acceso seguro a los alimentos y las que lo tenías marginalmente, moderadamente o severamente inseguro. Al final del período de estudio, 25.460 personas habían muerto prematuramente, y las personas con inseguridad alimentaria severa murieron 9 años más jóvenes que sus contrapartes con seguridad alimentaria (59,5 años versus 68,9 años).
   La esperanza de vida promedio en Canadá en 2008-2014 fue de 82 años; las muertes a esa edad o antes se consideraron prematuras en este estudio. Los adultos con una inseguridad alimentaria severa tenían más probabilidades de morir prematuramente que sus contrapartes con seguridad alimentaria por todas las causas, excepto los cánceres.
   Asimismo, la muerte prematura por enfermedades infecciosas parasitarias, lesiones no intencionales y suicidios fue más del doble de probable para aquellos que experimentan una inseguridad alimentaria severa frente a ninguna.
   “Las correlaciones significativas de todos los niveles de inseguridad alimentaria con muertes potencialmente evitables implican que los adultos con inseguridad alimentaria se benefician menos de los esfuerzos de salud pública para prevenir y tratar enfermedades y lesiones que sus contrapartes con seguridad alimentaria”, señalan los autores.
   Los investigadores han señalado que esto podría reducirse con políticas que abordaran la inseguridad alimentaria. “El riesgo de mortalidad marcadamente mayor de la inseguridad alimentaria severa destaca la importancia de las intervenciones de políticas que protegen a los hogares de la privación extrema. En Canadá, se ha demostrado que las políticas que mejoran los recursos materiales de los hogares de bajos ingresos fortalecen la seguridad y la salud alimentaria”, concluye la autora.
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