Tu fuerza muscular ahora podría estar relacionada con la salud de tu corazón a largo plazo, de acuerdo con un nuevo e interesante estudio sobre masa muscular y enfermedades cardiacas. Lee Incluso un poco de ejercicio puede beneficiar al cerebro, dice estudio
El estudio ha revelado que, al menos en el caso de los hombres, llegar a la mediana edad con una musculatura decente disminuye el riesgo posterior de desarrollar enfermedades cardíacas hasta en un 81 por ciento, en comparación con otros hombres.
Estos resultados se suman a la creciente evidencia de que desarrollar y mantener los músculos es esencial para un envejecimiento saludable, pero también dejan en claro que los efectos quizá sean distintos para las mujeres y los hombres.
Sin duda, el músculo esquelético es uno de los tejidos más activos y versátiles del cuerpo, ya que proporciona la fuerza y la potencia que necesitamos para agarrar, alcanzar, levantar y caminar.
Los músculos también son esenciales para nuestra salud metabólica, pues captan y almacenan el azúcar en la sangre, además de producir hormonas especializadas que se mueven a otros tejidos, como a las células grasas y cerebrales, donde inician varios procesos bioquímicos.
Pero de manera casi invariable, nuestra masa muscular disminuye cuando envejecemos, incluso desde que tenemos 30 y tantos años o al cumplir 40, y posteriormente esta disminución se acelera al llegar a la mediana edad.
La pérdida grave de musculatura, llamada sarcopenia, está asociada con la debilidad y otras afecciones médicas de la tercera edad, así como con la pérdida de independencia y la muerte prematura.
No obstante, incluso las disminuciones relativamente moderadas de la masa muscular están relacionadas con resultados más graves en las personas mayores. Algunos estudios anteriores han encontrado que, sobre todo en los hombres, una masa muscular baja suele asociarse con enfermedades cardiovasculares concomitantes.
Sin embargo, estos estudios no analizaron cuál enfermedad fue primero, por lo que no nos pueden decir si hay un vínculo entre la masa muscular reducida a cierta edad y las enfermedades cardiovasculares más adelante o viceversa.
Entonces, para el nuevo estudio, publicado en el número de enero de la revista Journal of Epidemiology and Community Health, un grupo internacional de científicos interesados en la sarcopenia y la salud muscular decidieron monitorear los músculos y el corazón de algunas personas en su paso por la mediana edad.
Comenzaron por consultar los datos del estudio en curso llamado ATTICA que se está realizando en Grecia, el cual ofrece una mirada a gran escala a los orígenes de la enfermedad cardiovascular en un grupo de hombres y mujeres mediterráneos.
Hasta ese momento, el estudio contaba con varios miles de adultos de Atenas y sus alrededores inscritos en el programa; los participantes habían acudido a una clínica para que les realizaran exámenes médicos exhaustivos y para llenar cuestionarios sobre su estilo de vida.
Ninguno de ellos (desde personas que acababan de entrar a la edad adulta hasta los que estaban próximos a la jubilación) tenía una enfermedad cardiovascular cuando se inició el estudio.
Unos diez años después de haberse unido al estudio, todos los hombres y mujeres regresaron al laboratorio para otra ronda de pruebas centradas en su salud cardiovascular.
Entonces los autores del nuevo estudio se abocaron a los hombres y las mujeres que tenían como mínimo 45 años en la segunda examinación. Al final, tenían 1019 expedientes de participantes, casi todos de más de 55 años, lo cual quiere decir que tenían 40 y tantos cuando se unieron al proyecto.
Con la información de los primeros exámenes médicos que se les habían hecho a estos participantes, los científicos calcularon la masa muscular global de cada persona y luego vieron si desarrollaron alguna enfermedad cardiovascular antes de la segunda visita a la clínica, unos diez años más tarde.
Resultó que más de un cuarto de ellos sí tenía alguna enfermedad cardiovascular. De hecho, casi un 27 por ciento de los participantes la tenía, y la incidencia era seis veces mayor en los hombres que en las mujeres.
Asimismo, la masa muscular de las personas al inicio del estudio se relacionó con sus probabilidades de contraer una enfermedad cardiaca ahora. Los que en aquel entonces tuvieron más masa muscular tenían menores probabilidades de contraer alguna enfermedad cardiaca en este momento.
Esa asociación siguió siendo significativa cuando los científicos controlaron las variables de la alimentación, educación y actividad física de los participantes, pero no con el género.
La masa muscular de las mujeres no estaba asociada con riesgos posteriores de contraer enfermedades cardiacas, en gran medida debido a que muy pocas mujeres presentaban este tipo de afecciones. En general, las mujeres suelen padecer de males cardiovasculares aproximadamente diez años después que los hombres.
Pero para los hombres, tener cantidades relativamente considerables de músculo cuando entraban a la mediana edad disminuía en un 81 por ciento el riesgo de contraer una enfermedad del corazón más adelante, según observaron los investigadores.
“Así de fuerte fue la asociación”, afirmó Stefanos Tyrovolas, el autor principal del estudio, miembro de CIBERSAM e investigador principal del Instituto de Investigación Sant Joan de Déu.
Sin embargo, este estudio no demuestra que tener muchos músculos evite el padecimiento de enfermedades del corazón, solo que ambos fenómenos están relacionados.
Tampoco nos puede decir cómo es que el músculo ayuda a proteger el corazón, pero Tyrovolas sospecha que es probable que los efectos metabólicos del tejido, como ejercer un mejor control glicémico y menor inflamación, tengan que ver.
La gente musculosa también suele ser más activa que los demás, dijo, lo cual ayuda a proteger el corazón.
Pero el mensaje general de los hallazgos, dijo, es que “la preservación de la masa muscular, a través del ejercicio físico y un estilo de vida activo”, probablemente sea esencial para proteger al corazón en la mediana edad, especialmente en el caso de los hombres, además, nos da otra razón convincente para ir al gimnasio o buscar un tiempo para hacer una lagartija, o diez, el día de hoy.