Si pensabas que los terrores del 2020 se estaban quedando atrás, te equivocaste. Los avispones asiáticos ‘asesinos’ desaparecieron este invierno, pero podrían volver pronto y causar estragos esta primavera, de acuerdo con investigadores del Museo de Investigación Entomológica de la Universidad de California.
Esto ocurrirá porque el clima es caliente y sus reinas salen del subsuelo para seguir reproduciéndose, esto como a mediados de abril, de acuerdo con Doug Yanega, científico estadounidense. En el mejor de los casos, estos insectos saldrán después de que las abejas obreras comiencen a multiplicarse en mayo o junio. Pueden acabar con decenas de colmenas en cuestión de horas, generando un desequilibrio en la cadena alimenticia.
Por su parte, Karla Salp, del Departamento de Agricultura del estado de Washington, afirmó previamente que los científicos aún tienen algunas dudas sobre el comportamiento del avispón, ya que no hay datos precisos sobre cuándo emergen específicamente, lo que genera problemas para generar un plan contra ellos.
Como de película de miedo
Los avispones gigantes son considerados una plaga invasora y son especie de avispa más grande del mundo, con unos cinco centímetros de largo. Además, son depredadores de otros insectos, incluidas las abejas que polinizan los cultivos. Se vieron por primera vez en Estados Unidos en diciembre del 2019, en la ciudad de Blaine, Washington,. Se cree que los avispones llegaron a través de Canadá, tras llegar allí desde Asia.
Peligrosas para los humanos
Los Vespa mandarinia son originarios del este y el sudeste asiático, son “sorprendentemente grandes”, tienen grandes cabezas de color amarillo anaranjado con unas poderosas pinzas, prominentes ojos negros y un abdomen rayado negro y amarillo.
De acuerdo con los expertos, es improbable que una picadura cause problemas graves a la mayoría de las personas (a menos que sean alérgicas), pero los ataques múltiples pueden desencadenar insuficiencia orgánica y causar la muerte en casos raros, dada la naturaleza tóxica del veneno. Según un reporte de casos publicado en la revista Clinical Toxicology en 2006, se calcula que matan entre 30 y 50 personas cada año en Japón.