¿Usar cubrebocas o no?; como hacer ejercicio en tiempos de #COVID19

La “nueva normalidad” promete regresarnos un poco de lo que la pandemia nos quitó. Hacer ejercicio al aire libre es una de esas cosas. Hay que recordar que de acuerdo con las autoridades: la pandemia aún no termina.

Por esa razón es importante adaptarnos a esta nueva realidad. Eso implica aprender a hacer las actividades que nos gustan sin ponernos en riesgo ni a otras personas.

Nury Barrera, licenciada en terapia física, nos explica que antes de volver a ejercitarnos en espacios públicos debemos hacer conciencia y no salir si tenemos algún síntoma. Tampoco debemos hacerlo si vivimos con alguna persona diagnosticada con COVID-19.

De ser el caso, entonces debemos seguir las recomendaciones médicas, aún cuando muchos espacios públicos vuelvan a abrir. Si estás enfermo debes aislarte. Si convives con un paciente de COVID-19 es necesario seguir en cuarentena.

¿Usar o no cubrebocas?

El uso de cubrebocas se recomienda como medida para frenar la propagación del COVID-19 de personas enfermas a personas sanas. Pero algunos estudios científicos han demostrado que hay personas infectadas con el virus que no desarrollan síntomas.  Las personas infectadas sin síntomas podrían propagar la infección sin saberlo. Por eso algunas autoridades sanitarias consideran el uso de cubrebocas como obligatorio cuando se está en un espacio público.

Aunque usar cubrebocas reduce los riesgos de contagio mientras nos ejercitamos, también puede reducir nuestra capacidad de respirar con normalidad.

Por eso, la OMS señala que: “NO es conveniente llevar mascarilla para hacer ejercicio físico, porque podría reducir la capacidad de respirar con comodidad. Además, la mascarilla se puede humedecer más rápidamente con el sudor, lo cual puede dificultar la respiración y promover el crecimiento de microorganismos. Lo importante para protegerse durante el ejercicio físico es mantenerse al menos a un metro de distancia de las demás personas”.

De acuerdo con Nury Barrera, cuando pones algo sobre tu boca y tu nariz se limita el paso del aire. Esto puede provocar en ciertas personas ansiedad o un poco de mareo sobre todo al momento en el que se está realizando el ejercicio. Eso hace que el deportista se canse antes y todo eso tiene una repercusión en la actividad física del individuo.

Sin embargo, la especialista reconoce que lo más importante es seguir las medidas establecidas por la autoridad, pues el objetivo es cuidar la salud de todos. No hay que olvidar que usar cubrebocas no es una medida que sustituya a la higiene respiratoria, la sana distancia y el lavado de manos.

De acuerdo con el texto publicado en revista British Journal of Sport Medicine (BMJ), el 12 de junio, las especialistas del deporte Jessica Hamuy Blanco y Dina Christa Janse  señalaron que “las máscaras que restringen el flujo de aire pueden aumentar la tasa de esfuerzo percibido y disminuir el rendimiento durante el entrenamiento de resistencia”.

Las especialistas también señalan que el uso del cubrebocas puede “simular el efecto fisiológico del entrenamiento de altitud, aunque a menor escala”. Lo que consideran, es poco probable que sea un problema, a menos que se trate de sesiones de entrenamiento intenso o realizadas por personas con otros problemas de salud.

“Sería prudente que las personas con afecciones cardíacas o pulmonares existentes hagan ejercicio a una intensidad inferior a la habitual mientras usan una máscara, para evitar eventos adversos”, señalan.

También aconsejan a quienes se ejercitan con cubrebocas, ser conscientes de su respiración. De esta forma pueden bajar el ritmo o  tomar un descanso si experimentan mareos o aturdimiento.

Si decides ejercitarte con cubrebocas, el tipo quirúrgico es la mejor opción 

Nury Barrera señala que estas sensaciones desagradables dependen del tipo de cubrebocas que uses y de otros factores como el tiempo y el clima.

“Yo en lo personal no recomendaría hacer ejercicios extenuantes con un cubrebocas puesto, sobre todo con un N95 porque este tipo de cubrebocas no permite bien el flujo del aire. Por el contrario, con una mascarilla quirúrgica o médica tienes un poco más de aire y te va a permitir tener una mejor oxigenación”, señala.

Por ello, Nury Barrera dice que desde su punto de vista “para hacer ejercicio la mejor opción sería una mascarilla quirúrgica de 3 capas. Está diseñada para contener las bacterias y los virus de la nariz y de la boca y permite una mejor respiración”. La especialista comenta que “un tubular, que lo usamos mucho los deportistas no está diseñado para contener y podría salirse alguna partícula”.

En el artículo de British Journal of Sport Medicine, las especialistas también señalaron que seleccionar el cubrebocas adecuado “se convierte en un acto de equilibrio de beneficios versus posibles eventos adversos”.

Las autoras del texto de BMJ tampoco recomiendan los respiradores de careta con filtro, mejor conocidos como N95. Hay que recordar que las autoridades han pedido reservar este tipo de protectores para los profesionales de la salud, o personas en contacto directo con pacientes confirmados de COVID-19.

El texto de BJM dice que un cubrebocas con dos capas de material se consideran suficientes para equilibrar la eficacia y la comodidad. El cubrebocas que se use para hacer ejercicio no debe tener un sello hermético para permitir un mejor movimiento del aire, pero reiteran que esto posteriormente aumentará el riesgo de propagación de gotas.

Las especialistas señalan que debido a la acumulación de humedad de nuestro aliento exhalado, es probable que las máscaras de tela mojen durante el ejercicio. Esto es un problema porque respirar a través de un cubrebocas seco es más fácil que con uno húmedo. Por esa razón, coinciden con la recomendación de la OMS de cambiar el cubrebocas siempre que éste se humedezca.

El distanciamiento social es importante

Hay que recordar que la propagación del virus SARS-COV-2 que produce la enfermedad COVID-19, se da principalmente mediante las gotas de saliva o moco que una persona infectada con el virus expulsa al toser, hablar o estornudar.

Las especialistas también señalaron en el texto de British Journal of Sport Medicine que debido al aumento de la frecuencia y la fuerza asociadas con la respiración durante el ejercicio, el riesgo de aerosolización y la propagación de gotas que contienen virus podrían ser teóricamente mayores.

El infectólogo Uri Torruco ya nos había contado que hay un estudio realizado en Bélgica que señala que una persona que está corriendo al aire libre y estornuda, arroja partículas varios metros por arriba del metro y medio o de los dos metros, que es la “estela” que arrojaría alguien que estornudara estando en un punto fijo.

“De ahí la recomendación de que, si sales a correr, dejes una distancia superior a los 5 metros con el corredor más cercano, o con la persona más cercana, o asegurarte de que corras solo”, plantea el infectólogo.

Por eso, mientras te ejercitas considera que la sana distancia es de por lo menos dos metros. En este caso se considera una distancia más amplia pues cuando te ejercitas sueles inhalar y exhalar con más fuerza, según recomienda Nury Barrera.

De acuerdo con la especialista si se respeta la sana distancia, no hay ninguna actividad que se deba evitar a menos que sea en grupo o muy extenuante. Correr en fila tampoco es una actividad que se recomiende por ahora.

Otros consejos antes de salir a ejercitarte

Si estás sano y no convives con ningún paciente de COVID-19, entonces debes de prepararte antes de salir. Nury Barrera recomienda llevar un poco de papel higiénico y una bolsa de plástico. ¿Por qué?

“Cuando hacemos ejercicio de repente tendemos a escupir o a sonarnos la nariz. Esas son de las cosas que debemos tener muchísimo cuidado de tratar de no hacer”, explica la especialista.

Por esa razón Nury Barrera sugiere salir bien preparado con papel para limpiarte y una bolsa para desecharlo. Otro punto importante es hidratarse. “Entre más hidratado estés sueles producir menos moco y por tanto menos partículas”, explica.

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