El temor a trombos ha provocado la suspensión en algunos países de la vacuna AstraZeneca, mientras que determinados anticonceptivos son comercializados pese a que el riesgo de trombosis por estas píldoras está probado.
En el caso de las píldoras, el riesgo de trombosis está comprobado y se tiene en cuenta a la hora de recetarlas. Pero no es el caso de la vacuna de AstraZeneca, que es un producto nuevo.
Varios estudios han mostrado que las píldoras anticonceptivas más recientes aumentan en mayor medida el riesgo de trombosis venosa.
Por ejemplo, usar anticonceptivos hormonales simples y los combinados (los que mezclan estrógeno-progesterona) conlleva cierto riesgo de sufrir tromboembolismo venoso.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMP) por su parte, estima que pueden producirse entre 50 y 120 casos de trombosis por cada 100 mil mujeres, dependiendo de la composición de las píldoras.
Es exactamente la política adoptada con las píldoras o “anticonceptivos orales combinados” de tercera o cuarta generación que tienen un riesgo comprobado de trombosis.
Además de mencionar este efecto secundario, el prospecto incluye los factores agravantes, como la edad, el tabaquismo, los antecedentes familiares y la obesidad.
Otros fármacos que pueden provocar trombos
Medicamentos tan comunes como el paracetamol, el nolotil, la aspirina o el ibuprofeno, se asocian a un mayor riesgo de trombos si se consumen en altas dosis.
Estrógenos: ya sea que se tomen como anticonceptivos, como tratamiento hormonal sustitutivo o como tratamiento del acné juvenil.
Prednisona: este es un tipo de corticoide que se usa para tratar problemas como el asma o la artritis, los efectos adversos “poco frecuentes” puede afectar a 1 persona por cada 100 mil.
Según la EMA, los médicos deben tener en cuenta los factores de riesgo individuales (como trombos) cuando recetan anticonceptivos, y cada mujer debe “hablar con su médico para determinar el tipo de contracepción que más le conviene”.