Los analistas financieros estiman que el próximo jueves 9 de febrero, el Banco de México (Banxico) aplicará su primera alza en la tasa de referencia, en al menos 50 puntos base, para ubicarla en 6.25 por ciento, debido al deterioro en la inflación, la cual alcanzó su nivel más alto en ocho años.
“La junta de gobierno del Banxico deberá evaluar tanto los efectos de la depreciación del peso como las posibles consecuencias de las políticas comerciales del presidente Donald Trump y el aumento de los precios de la gasolina, que han impactado la inflación”, dijo el director de Estrategias de Mercado de Finamex, Guillermo Aboumrad.
El especialista recordó que durante 2016, el Banco de México subió en 250 puntos base la tasa de interés, “de manera preventiva”, ya que la inflación se mantuvo durante el año dentro del intervalo de la meta y muy cerca del objetivo de 3 por ciento.
Ahora, la inflación anual arrancó el 2017 en 4.78 por ciento en la primera quincena de enero y se prevén que continúen las presiones sobre este indicador. Es decir, “ahora con mayor inflación, el reto para el Banxico es mucho mayor que el del año pasado para impedir que se deterioren las expectativas de mediano plazo”, expuso Aboumrad.
Las previsiones del grupo financiero Banco Base apuntan a que la inflación alcance un nivel de cinco por ciento este año y repuntar hasta seis por ciento, debido a que los precios productor (o precios de fábrica) cerró el 2016 en 10.43 por ciento, su máximo nivel desde que se tiene la serie estadística.
De acuerdo con la directora de análisis de Banco Base, la inflación al productor tarda un periodo de 13 meses en trasladarse al consumidor, por ello se verían hasta el 2018 las presiones inflacionarias.
Explicó que el repunte en los costos al productor se debe al alza en los precios de insumos, como el acero, en un 104 por ciento, el hierro que ha aumentado 118 por ciento, y el cobre 41 por ciento, lo cual golpeó el indicador.
Si bien la baja en el tipo de cambio quita presiones inflacionarias, los precios internacionales de las materias primas repercuten en los costos de producción, lo cual se traslada a los precios al consumidor.
“El Banco de México puede tener incentivos para subir nuevamente su tasa de referencia, a pesar de que el tipo de cambio va para abajo, si aplica un ajuste de 50 puntos, el tipo de cambio puede bajar a 20.30 pesos por dólar, eso le daría un impulso al peso, pero no sabemos cómo ve el banco central las presiones inflacionarias”, dijo la especialista.
El consenso de los analistas estima que el Banxico continuará elevando a lo largo del año la tasa de interés, para ubicarla a finales del 2017 en 7.0 por ciento, e incluso hay quienes prevén que alcance su máximo de 7.50 por ciento.
Lo anterior ante un escenario de presiones para el tipo de cambio, la liberalización de los precios de las gasolinas, contiendas electorales en algunos estados del país, y la incertidumbre asociada a las políticas de Donald Trump respecto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Siller recordó que un alza de tasas de interés desincentiva el consumo y la inversión, pero también baja las presiones inflacionarias y para el Banxico su objetivo primordial es contener la inflación.