El verano, primavera, otoño e invierno tendrán cambios en su temporada de duración en los años venideros como un efecto colateral -más- del calentamiento global. Un nuevo estudio prevé que los veranos comenzarán a durar seis meses en el hemisferio norte del planeta para el año 2100. Sí, en menos de 80 años.
Por otro lado los inviernos pueden durar menos de dos meses al año, mientras que la primavera y el otoño son igualmente más breves. Estos drásticos cambios estacionales tendrían impactos de gran alcance en el mundo, perturbando la agricultura y el comportamiento animal, aumentando la frecuencia de olas de calor, tormentas e incendios forestales y, en última instancia, planteando “mayores riesgos para la humanidad”, escribieron los autores del estudio, publicado el 19 de febrero en la revista Geophysical Research Letters.
“Es probable que los mosquitos tropicales portadores de virus se expandan hacia el norte y provoquen brotes explosivos durante los veranos más largos y calurosos”, dice el estudio.
La investigación, dirigida por científicos del Laboratorio Estatal Clave de Oceanografía Tropical en China, analizó seis décadas de registros climáticos históricos diarios y utilizó modelos climáticos para proyectar tendencias futuras.
En promedio, encontró el estudio, el número de días de verano en el hemisferio norte saltó de 78 a 95 entre 1952 y 2011. El invierno, mientras tanto, se redujo de 76 a 73 días durante el mismo período. La primavera se contrajo de 124 a 115 días y el otoño de 87 a 82 días.
Los científicos proyectaron que si estas tendencias continúan, el verano durará casi seis meses al año, el invierno se reducirá en dos meses y la primavera y el otoño también se reducirán. Con la extensión del verano llegan olas de calor más intensas y eventos climáticos extremos como sequías e incendios forestales.
“Los veranos son cada vez más largos y calurosos, mientras que los inviernos son más cortos y cálidos debido al calentamiento global”, dijo en un comunicado Yuping Guan, oceanógrafo físico del Laboratorio Estatal Clave de Oceanografía Tropical y autor principal del nuevo estudio .
“Numerosos estudios ya han demostrado que los cambios de estación causan importantes riesgos ambientales y para la salud”.