Al igual que el Presidente, para Candelaria Ochoa Ávalos, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), la violencia contra este sector no ha escalado en los hogares de México durante esta forzada cuarentena, debido a la pandemia de Covid-19.
La funcionaria federal sostiene, en entrevista, que sí hay un aumento en las llamadas al 911, es cierto, pero no se tiene una mayor solicitud de refugio, donde incluso refiere que todavía hay espacios.
Sobre la noción que corre en redes sociales de un incremento de la violencia, Candelaria Ochoa afirma que la Conavim no tiene esos números.
“Incluso en abril y mayo tuvimos menos llamadas y menos atenciones a los centros de justicia. Y lo que es importante es que todas tenemos los mismos datos. Inmujeres, Indesol y Conavim”, señala.
Aunque reconoce cifras de que al menos seis de cada 10 mujeres agredidas han asegurado ser víctimas en el seno familiar, la titular de la Conavim considera que se tiene que apostar por construir nuevos valores familiares como la democracia, la inclusión, la honestidad y la igualdad.
¿Qué debe hacer una mujer cuando se desata la violencia contra ella en el hogar?, ¿cuál es la señal a la que debe reaccionar y cómo debe reaccionar?
—Debe llamar al 911. Esta es la puerta de entrada al auxilio.
¿Se moviliza una patrulla?
—Sí, se moviliza una patrulla. Y además hemos diseñado un mapa georreferencial en el que están todos los servicios de auxilio que existen, desde el municipio, la entidad federativa y la Federación.
Una mujer habla por teléfono al 911 y dice: “Estoy encerrada en mi casa y mi marido me quiere matar”. ¿Qué pasa en ese momento en el 911?
—La tienen que atender. Desde los meses de marzo, abril y mayo, tanto el Indesol [Instituto Nacional de Desarrollo Social] como el Conapred [Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación] han trabajado en la capacitación de los operadores del 911 para que sepan atender la violencia contra las mujeres.
¿Qué pasa cuando un vecino se da cuenta de que en un departamento aledaño hay violencia contra una mujer o contra los hijos, qué se debe hacer?
—Pues mira, por eso la Conavim presentó el miércoles 13 de la semana pasada una campaña para que también las redes de amigos, vecinos y compañeras puedan salir al auxilio de una mujer. Lo que les pedimos es que para acompañar a esa víctima llamen también al 911.
Ahí están obligados a canalizarla a un lugar seguro, si lo necesita. Y la policía, que es el primer respondiente, también: la tiene que llevar a un lugar seguro. Los vecinos, amigas, compañeras de trabajo, familia, todos tenemos la obligación de no hacer la vista hacia otro lado, tenemos el compromiso de salvar una vida.
¿Y si un vecino está convencido de que en el departamento de al lado hay violencia muy seria, llega la patrulla y la víctima dice: ‘No, nadie me hace daño’? A menudo esto ocurre porque la víctima tiene un miedo atroz, ¿no es así?
—Sí, así es, por eso es muy importante que cuando alguien llama al 911 sepan atender a la víctima, y cuando la patrulla llega [al lugar de los hechos] no sólo se conforme con la declaración de que no hay violencia. Si escuché que la víctima estaba llorando, gritando, pidiendo auxilio, y quien la violentaba también estaba gritando y demás, tenemos que acompañarla lo más que se pueda y garantizar que llegue una patrulla.
El 911 no tenía una atención especializada para atender la violencia contra las mujeres. Esto lo hemos construido a partir de que la Secretaría de Gobernación [Segob] nos llamó a que lo hiciéramos.
¿En qué fecha?
—Desde el 5 de marzo de este año nos estamos reuniendo: Indesol, Inmujeres [Instituto Nacional de las Mujeres], la Secretaría de Gobernación y yo [Conavim].
En las últimas dos semanas en redes sociales ha proliferado una campaña para alertar sobre una escalada de la violencia contra las mujeres dentro de los hogares. ¿Cuáles son los números de ese aumento de violencia durante la cuarentena?
—Pues tenemos un aumento en las llamadas al 911, es cierto, pero no hemos tenido una mayor solicitud de refugio y de casas de transición. Por eso tenemos todavía espacios.
Ah, caray, ¿tus números contradicen esa noción que corre por las redes sociales?
—Te repito, nosotras no tenemos esos números. Incluso en abril y mayo tuvimos menos llamadas y menos atenciones en los centros de justicia. Y lo que es importante es que todas tenemos los mismos datos: Inmujeres, Indesol y Conavim.
Entonces cuando el Presidente dice que no hay una escalada de violencia contra las mujeres…
—Se refiere a las llamadas al 911 y de cómo se tipifican, [es decir] de todas las llamadas al 911 que se tuvieron, 17 millones, sólo 23% fueron procedentes; otro 77% fueron improcedentes o falsas, de esas, 7.56% son las que corresponden a alguna llamada de violencia contra las mujeres.
Pero la tasa mexicana es de por sí de mucha violencia. Nueve de cada 10 feminicidios se cometen por alguien dentro del círculo familiar de la víctima y el promedio nacional es de 10 al día.
—Sí, 10 al día, es el promedio nacional, pero es útil distinguir contextos. Por ejemplo, los estados que tienen más registros son el Estado de México, Veracruz, Puebla, Nuevo León, Ciudad de México y Jalisco.
En contraste y curiosamente, hay estados, como Tlaxcala y Baja California Sur que registran cero feminicidios. ¿Qué es lo que sucede? Que no todas las fiscalías de justicia investigan los delitos de feminicidio como feminicidios, es decir, los colocan en otras cuentas.
Es decir, que el número de feminicidios es probablemente mayor que el reportado. ¿Cuáles son los números de los estados que reportan mayor cantidad?
—En el Estado de México, en el primer trimestre de 2020, hubo 34 feminicidios. Más o menos 10 feminicidios por mes. En la Ciudad de México tuvimos 14 en el primer trimestre.
El presidente Andrés Manuel López Obrador suele referirse a la familia mexicana como un ámbito de fraternidad. Esa es una noción antigua e idealizada que aparecía en los libros de texto gratuito de hace 40 años.
—Bueno, si en 2016 seis de cada 10 mujeres declararon que han sido violentadas en esas familias, pues… a lo que tendríamos que apostar, precisamente, es a [construir] nuevos valores familiares.
Y cuando hablo de nuevos valores, me refiero a la democracia, a la inclusión, a la honestidad y a la igualdad.
Además, si cuatro de cada 10 mujeres se emplean fuera de su casa, la repartición del trabajo doméstico también es hora de que cambie. Así como las mujeres han salido al espacio público a trabajar, los hombres se deben incorporar al ámbito doméstico.
Hablas de cambiar valores, ¿cómo hacerlo?, ¿las campañas de publicidad lo producen?
—Estoy convencida de que sí. Recuerdo, por ejemplo, que de niñita, recuerdo haber visto lo de “la familia pequeña vive mejor”, y se nos quedó [en la conciencia colectiva] o la campaña de “cuenta hasta 10” [antes de ejercer violencia], y se nos quedó grabado.
Entonces hoy tenemos que seguir difundiendo la idea de que esos valores, la igualdad, la justicia, el respeto, la democracia y la honestidad deben estar presentes en la familia… o en las familias, diría yo.