Ya es intento de feminicidio la violencia ácida en Quintana Roo

CHETUMAL, 19 de octubre.— La XVII Legislatura del Estado aprobó reformas al Código Penal del Estado, para tipificar a la violencia ácida contra las mujeres como tentativa de feminicidio.

De esta manera, Quintana Roo se convierte en el undécimo estado en establecer castigos contra la violencia ácida.

La iniciativa propuesta por la diputada Mildred Ávila Vera, presidenta de la Comisión de Seguridad, Protección Civil y Bomberos, establece la aplicación de sanciones más severas a quien cometa violencia ácida.

De acuerdo con el dictamen aprobado por unanimidad, se considerará violencia ácida a la intención de infligir lesión que genere daño permanente o deje huella material en el cuerpo de una persona, utilizando cualquier sustancia corrosiva, ácida o agente físico que produzca alteración en la salud o integridad física de la víctima.

Mildred Ávila expresó en tribuna que la reforma nace de la necesidad de visibilizar y sancionar una forma de violencia que afecta diferenciadamente a las mujeres.

Por su parte la diputada Susana Hurtado Vallejo dijo que nuestra función como legisladoras “es darle los dientes necesarios a los juzgadores para que puedan actuar las mujeres violentadas”.

En su intervención, la diputada Elda Candelaria Ayuso Achach mencionó que con la reforma nos acercamos un poco más a ese estado de justicia “porque se aumentará la pena de 10 a 15 años inclusive siendo ya tentativa de feminicidio”.

La reforma establece sancionar este delito con una pena de 10 a 15 años de prisión y de 300 a 700 días multa.

Las penas se duplicarán cuando las lesiones provoquen resección parcial o total de las mamas, alteración en el aparato genital, en las funciones de reproducción sexual o atente contra el ejercicio de la autonomía sexual, por mencionar algunos casos.

En la misma sesión se aprobaron adiciones al Código Penal en materia de legítima defensa con perspectiva de género, la cual busca regular las conductas excluyentes de incriminación cuando se repela una agresión real, cuando la víctima sea una mujer o esté en peligro inminente de ser víctima, de violencia física, sexual o feminicida.

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