CIUDAD DE MÉXICO, 10 de septiembre.- La sesión del Senado para discutir la reforma judicial inició con un tenso enfrentamiento entre Miguel Ángel Yunes Linares, quien asumió temporalmente el escaño de su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, y el dirigente del PAN, Marko Cortés. Tras la derrota del 2 de junio, el PAN evidenciaba divisiones internas, reflejadas en este conflicto a plena vista.
Luego de que el pleno concediera la licencia a Yunes Márquez por motivos de salud, su padre, Yunes Linares, ingresó al recinto bajo una lluvia de abucheos. Los senadores de Movimiento Ciudadano lo recibieron con el puño en alto, mientras los panistas lo llamaban “traidor”. En ese momento, Yunes Márquez se dirigía a rendir protesta cuando Adán Augusto López Hernández, líder de la bancada morenista, se le acercó para susurrarle algunas indicaciones.
El ambiente se caldeó aún más cuando Yunes Linares inició su protesta, en medio de los gritos de “traidor, traidor”. Solicitó el uso de la palabra y criticó a Marko Cortés por haber declarado previamente que cualquier senador que votara en contra de la reforma sería expulsado del partido. “No hemos negociado absolutamente nada, pero nadie nos va a obligar a votar en contra o a favor. Esto no es democracia, es linchamiento”, declaró con contundencia.
Yunes Linares también mencionó que solo estaba allí para representar a su hijo, quien más tarde votaría en contra de la reforma. Aseguró que no se habían “doblado frente al Gobierno” y menos frente a Cortés. Sin embargo, Cortés respondió con dureza: “Estoy decepcionado porque esos opositores férreos valientes ahora se someten al poder. No traicionas solo al PAN, traicionas al pueblo de México”.
En un segundo turno, Cortés insistió en que había existido un “pacto de impunidad” y cuestionó por qué Yunes no les había comunicado sus intenciones. Con la tensión al máximo, el presidente del Senado decidió finalizar la sesión y convocar a otra a las 14:30 horas para continuar el debate.